Pacientes con cáncer, personas ancianas o con enfermedades crónicas y/o degenerativas, a medida que su enfermedad avanza, atravesarán una etapa conocida como fase de final de vida, caracterizada por la aparición de muchos síntomas cambiantes en un corto período de tiempo y provocados por causas muy diversas.
La agonía o situación de últimos días es el estado natural que precede a la muerte. Se debe al fracaso de los órganos principales del cuerpo a causa del avance de la enfermedad y es irreversible.
Esta fase se reconoce a través de un deterioro muy importante del estado general, que se manifiesta en una gran debilidad muscular, encamamiento, pérdida de la capacidad para comer y beber, cambios en las funciones corporales, somnolencia profunda y, en ocasiones, agitación.
En este momento, la atención tanto de los profesionales como de las personas cuidadoras debe centrarse en mantener el máximo confort físico, emocional y espiritual, así como en proporcionar cuidados básicos al ser querido, respondiendo a sus deseos, tranquilizando sus temores y administrando los fármacos imprescindibles.
Estos cuidados permiten abordar el proceso de muerte dentro del respeto a los valores y creencias de cada persona.
Afrontar la recta final de la vida de un ser querido es una situación dura y con mucha carga emocional, en la que su prioridad ha de ser acompañarle, aliviando su sufrimiento y procurándole el mayor bienestar posible, al tiempo que no debe olvidar cuidarse a usted mismo/a.
El propósito de nuestra guía de cuidados al final de vida es poder ayudar a las familias y las personas del círculo más cercano a afrontar los últimos días de la vida de un ser querido, mediante unas recomendaciones para favorecer su cuidado.
Los aspectos que trataremos a continuación son los que habitualmente se plantean familiares y amigos. Esperamos que les sean de utilidad.
Consulte la guía de final de vida.
Puede consultarnos cualquier duda a través del siguiente formulario de contacto: